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La crisis del Mar Rojo y su impacto en los canales comerciales

En enero de 2024, el transporte marítimo enfrentó grandes desafíos debido a la alteración de las rutas comerciales por parte de los hutíes en el Mar Rojo. Esto provocó desvíos significativos en las principales compañías energéticas y líneas navieras, generando retrasos en la cadena de suministro global.

Las desviaciones de las rutas habituales, como evitar el Mar Rojo y el Canal de Suez, obligaron a los buques a dar largas vueltas por el Cabo de Buena Esperanza, lo que resultó en un aumento de semanas en sus rutas. Esta situación impactó los costos de los seguros, los tiempos de navegación y las tarifas del transporte marítimo, afectando considerablemente a las partes interesadas del sector.

Maersk, Hapag-Lloyd y BHP Group fueron algunas de las empresas que anunciaron la suspensión o desviación de sus navegaciones por el Mar Rojo y el Canal de Suez, optando por rutas alternativas. Esto resultó en una disminución del tráfico marítimo por el Mar Rojo y el Canal de Suez, y un aumento significativo en el Cabo de Buena Esperanza.

Estos desvíos inesperados también afectaron los tiempos de navegación y las tarifas del transporte marítimo. Por ejemplo, los tiempos de tránsito desde Asia hacia el Mediterráneo y Europa experimentaron aumentos significativos, así como las tarifas de envío desde China/Asia Oriental hacia diferentes destinos.

Tiempos de navegación y tarifas 

Estos desvíos inesperados tuvieron un impacto considerable en los tiempos de navegación de los flujos comerciales más populares. Los aumentos porcentuales fueron los siguientes:

  • Asia-Ambarli: 0%
  • Asia-Barcelona: 51
  • Asia-Malta: 174
  • Asia-Gioia Tauro: 250% (pasó de 8 a 29 días)
  • Asia-Pirerús: 139
  • Asia-Port Said: 138

Los aumentos porcentuales de los tiempos de tránsito desde Asia (excluida China) a Europa y el Reino Unido fueron:

  • Amberes: aumento del 35%.
  • Rotterdam: 46% de aumento
  • Algeciras: 51% de aumento
  • Felixstowe: aumento del 35

Además de los impactos económicos y logísticos, la reorientación del tráfico marítimo planteó nuevos desafíos en la detección y lucha contra actividades ilícitas, como el contrabando de petróleo y la pesca ilegal. El aumento del tráfico en torno al Cabo de Buena Esperanza también planteó preocupaciones sobre la seguridad y la competencia entre grandes potencias en la región.

En resumen, los eventos de enero de 2024 evidenciaron la vulnerabilidad del transporte marítimo ante los conflictos geopolíticos y subrayaron la importancia de la planificación y la adaptabilidad en la gestión de la cadena de suministro.